Presentacion Apostolica.

Mensaje Universal del Apóstol de Jesucristo Samuel Joaquín Flores
Yo tenía mucho deseo de decirles: Que la Paz de Dios sea en vuestros corazones.

El pasado 26 de abril de 2009, en Hermosa Provincia ubicada en Guadalajara. Al término de la escuela dominical que fue presidida por el O.P. Sergio Martínez Lugo, el Apóstol de Jesucristo Samuel Joaquín Flores se dirigió a la feligresía para manifestar un mensaje, refiriendo:

• Yo tenía mucho deseo de decirles: Que la Paz de Dios sea en vuestros corazones, porque a veces que paso a hacer mi oración al templo la mayoría no escucha los parabienes espirituales, donde les deseo que Dios bendiga a su pueblo y lo prospere, pero en este día lo podía hacer con toda libertad. Los días pueden ser malos, pueden venir muchas cosas, pero Que Dios ayude a su pueblo.



• Referente a sus ministros, mencionó: No siento un deber de dirigirme a la Iglesia para adoctrinarla porque el Creador me ha dado ministros diestros y leales que instruyen al Pueblo de Dios.



• Recordando al Apóstol Aarón Joaquín quien decía que estuviéramos consientes de ¿Quienes éramos?, ¿Quienes Somos? ¿A dónde queremos llegar? Porque de nuestra condición pasada hoy gozamos de una Fe de Dios, del Amor de Dios, del conocimiento de Dios y de una luz santa.Algunos, dijo, piensan que la enseñanza del hermano Aarón era dura, y que eso podría cambiar, pero refirió: ¿Son duras esas palabras? Sólo para los falsos, porque para nosotros no existe el tiempo del pasado ni del mañana, sino el tiempo de hoy, el de la Redención. Porque es triste ver en algunos que con el paso del tiempo cambia la honestidad de su vestuario y de su respeto a los demás; pero debemos recordar que estamos en el Monte Santo, donde Dios habla ¿Cómo va a ir tu corazón? ¿Cómo debemos venir al templo? Cada día más limpios.



• Respecto a su salud dijo sentirse bien, lleno de alegría, cubriendo todas las prescripciones médicas para que el mal que lo atacó no vuelva a llegar a su cuerpo.



• Hizo la invitación para que se levanten obreros que no se avergüencen, que sean fieles servidores imitadores de los Apóstoles de Cristo.

Se despidió invitando a todos entonar el himno número 10 ¡A la batalla y a la Victoria! Refiriendo la lucha espiritual que el cristiano sostiene para alcanzar la Salvación.

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