La Luz del Mundo continua ardiendo viva

Inédita forma de atender una convocatoria del Apóstol de Jesucristo.
El día miércoles 21 de enero, circuló, desde temprano, entre la iglesia, la información de que el Apóstol de Dios hablaría, vía Internet, después de la oración de la tarde.

Ni el horario ni la distancia fueron obstáculosCasos como el de los hermanos de Europa que, no obstante la diferencia de horarios (ocho horas aproximadamente), quisieron oír y ver en directo al apóstol de Jesucristo.
En la sierra de Chiapas, la distancia ofrecía otro tipo de problema; los hermanos para conectarse a Internet tienen que desplazarse caminando durante varias horas, pero la incomparable felicidad de ver el rostro del siervo de Dios les hizo movilizarse.

La iglesia de Vallejo, esa tarde se vio concurrida de manera inusual. Durante la transmisión se detectaron 17,000 ciber conexiones. La luz del mundo entera estuvo atenta simultáneamente al mensaje del Varón de Dios

A las 19:05 hrs. se escuchó su voz.
El Apóstol de Jesucristo Hno. Samuel Joaquín, relató cómo el día anterior observó a través de Internet la consagración que, en su favor, se hacía en Hermosa Provincia: “Vi a Guadalajara hasta el tope […] sentí que así están en todos los lugares, ya sea en Houston, en México; sentí dolor”. “Uno de mis nietos —siguió diciendo— incitaba a la iglesia a que se aferrara a que Dios le diera la salud […] caras de jóvenes y señoritas eran torrentes de lágrimas, levantaban sus manos […] por el movimiento de sus labios [leía] cuídalo, dale la vida, sácalo triunfante. Porque hay tanta aflicción —le decía al Señor— consuélalos, bendícelos, prepáralos; a los hijos de los hijos pase ese creer; que sean como estrellas en el cielo; crezcan al frente, hacia atrás; que crezcan en la fe y en el conocimiento de Cristo”.
El Siervo de Dios anunció que al día siguiente ingresaría al hospital.

El miércoles 21 y el jueves 22 de enero se hicieron consagraciones día y noche, por grupos. Cada grupo encontraba argumentos para conmover y convencer a Dios. La lámpara de Israel estaba en riesgo. Nadie de los asistentes podía sustraerse a la angustia que vivía la iglesia. Los rostros llorosos, preocupados, la aflicción, el fervor, el dolor estuvieron presentes en todo momento. Promesas, rogativas, ayunos, intenciones firmes de enmendar la conducta, propósitos de difundir el evangelio, asistir con regularidad a la iglesia, volver o incorporarse al coro, etc. Fueron las acciones ofrecidas al Señor con el fin de moverlo a misericordia y reintegrar la salud de su enviado.

Jóvenes, señoritas, casados, solos, niños, coros, grupo Jericó, casa pastoral; todos los grupos tuvieron su tiempo, de día o de noche, para buscar el rostro de Señor; en un lugar donde la presencia de Dios está prometida y donde sus ojos y oídos están atentos a la súplicas de su pueblo, desde el día 5 de marzo de 2006

FELIZ ANUNCIO, 19:20 hrs.

Durante el punto de doctrina, a las 19:20 hrs., mientras el Hno. Luis Álvarez Hernández se dirigía a la iglesia, se escuchó la voz autorizada de la Oficina Pastoral de Hermosa Provincia: “Una noticia hermosa […] el Siervo de Dios está consciente de todo”. La iglesia estalló en júbilo, glorificó y adoró a Dios.

Legiones de oraciones estuvieron perfumando el altar de Dios, desde todo el mundo y a todas horas. Nunca antes, se había orado por alguien con tal fervor ni en tantas partes. Cuando aprehendieron al Señor Jesús en el huerto y alguien de sus discípulos lo quiso evitar a filo de espada, el maestro intervino y le dijo: “¿No sabes que podría orar a mi padre y me enviaría ahora mismo mas de doce legiones de ángeles?”. Una legión equivalía a seis mil soldados. Es decir, al llamado de Jesús hubieran acudido más de 72 mil ángeles.

Ante la necesidad de la iglesia acudieron ante el altar de Dios, a favor de la salud del apóstol de Dios, más, mucho más, de 12 legiones de oraciones, y no de ángeles, sino de hijos de Dios. Millones de oraciones perfumaron el rostro de Dios y, entonces, manifestó su amor hacia su Apóstol y su misericordia hacia su pueblo,

El Apóstol de Dios abrió sus ojos, es decir, la Luz del mundo continua ardiendo viva.

0 comentarios y/o sugerencias: